Afrontamiento del personal de enfermería ante la muerte en áreas críticas y de urgencia
Autor principal: Gonzalo Zepeda-Vallejos
Vol. XX; nº 12; 659
Nursing staff coping with death in critical and emergency areas
Fecha de recepción: 6 de mayo de 2023
Fecha de aceptación: 13 de junio de 2023
Incluido en Revista Electrónica de PortalesMedicos.com, Volumen XX. Número 12 – Segunda quincena de Junio de 2023 – Página inicial: Vol. XX; nº 12; 659
Autores:
Gonzalo Zepeda-Vallejos, Enfermero, Universidad Santo Tomás, La Serena, Chile
Catalina Andrea Muñoz-Gutiérrez, Enfermera, Universidad Santo Tomás, La Serena, Chile
Valentina Ortega-Quezada, Enfermera, Universidad Santo Tomás, La Serena, Chile
Nicolás Villanueva-Varas, Enfermero, Universidad Santo Tomás, La Serena, Chile
Resumen
La muerte es un tema complejo, aún más cuando se aborda desde el afrontamiento por parte del profesional de Enfermería, considerando que puede repercutir profundamente en su sentir, pensar y actuar. Esta investigación considera como objetivo ahondar en las técnicas y habilidades de los profesionales de enfermería ante la muerte de los usuarios en servicios de urgencia y de paciente crítico, mediante una investigación cualitativa fenomenológica hermenéutica, con un muestreo no probabilístico por conveniencia con una muestra de 8 profesionales de enfermería que ejercen su labor en mencionadas unidades. La recolección de datos fue por entrevista semiestructurada y la información se analizó con método consensual enfocada en la teoría de adaptación de Callista Roy, quien señala que los seres humanos como sistemas tienen la capacidad de adaptarse y crear cambios internos o externos respondiendo a un estímulo. Se develaron 5 categorías de significado: (a) la muerte es el único suceso inherente al ser humano; (b) circunstancias que rodean al afrontamiento, (c) afrontamiento centrado en emociones, (d) enfoque empírico en el afrontamiento y, (e) relaciones establecidas entre el afrontamiento y el proceso adaptativo. Este estudio permitió explorar las estrategias de afrontamiento utilizadas por los profesionales desde un ámbito biológico como parte del ciclo vital, y que según sus características genera los sentimientos que involucran el duelo. Igualmente, evidencia que la primera muerte que se experimenta como profesional marca un antes y un después en la percepción de esta y que, en conjunto con las pérdidas personales son las que marcan las bases para crear las herramientas que ayudarán a sobrellevar duelos tanto actuales como futuros, generando un rasgo adaptativo de afrontamiento. Se destaca un afrontamiento a la muerte mediante el desahogo dentro de la conversación con el equipo de trabajo, para no generar situaciones estresantes que puedan perjudicar su vida personal.
Palabras clave
Afrontamiento a la muerte, duelo en enfermería, enfermería.
Abstract
Death is a complex issue, even more so when approached from the perspective of nursing professionals, given that it can have a profound impact on their feelings, thoughts, and actions. This research aims to delve into the techniques and skills of nursing professionals in the face of the death of users in emergency and critical patient services, through qualitative phenomenological hermeneutic research, with a non-probabilistic convenience sampling with a sample of 8 nursing professionals who work in these units. Data collection was through semi-structured interviews, and the information was analyzed using a consensual method focused on Callista Roy’s adaptation theory, which states that human beings as systems have the capacity to adapt and create internal or external changes in response to a stimulus. Five categories of meaning were revealed: (a) death is the only event inherent to human beings; (b) circumstances surrounding coping; (c) emotion-centered coping; (d) empirical approach to coping; and (e) established relationships between coping and the adaptive process. This study made it possible to explore the coping strategies used by professionals from a biological perspective as part of the life cycle, and which, depending on their characteristics, generate feelings involving grief. Likewise, it shows that the first death experienced as a professional marks a before and after in the perception of this and that, together with personal losses, these are the ones that set the foundations for creating the tools that will help cope with both current and future grief, generating an adaptive coping trait. A coping with death through venting within conversations with the work team is highlighted, in order to avoid stressful situations that could harm one’s personal life.
Keywords
Coping with death, bereavement in nursing, Nursing.
Introducción
La muerte es un fenómeno complejo que nuestra sociedad ha intentado comprender desde diversas perspectivas, buscando adjudicar un significado a ella; sin embargo, definir la muerte resulta mucho más difícil, considerando que implica diversas dimensiones de índole biológico, médico, legal, social, religioso, etc., las que se encuentran entrelazadas de una forma compleja, donde cada una intenta darle un sentido (1).
La muerte posee un dinamismo social que permite a las personas y grupos culturales atribuirle significados y simbolismos que faciliten su aceptación y en consecuencia la percepción de la defunción está influido por múltiples factores, los que determinan la experiencia frente a una situación (2).
Enfermería es el arte del cuidado, una ciencia enfocada en el bienestar biopsicosocial del paciente, en la que se enfatizan las relaciones humanas, la ayuda, la empatía y el autocuidado. Su enfoque es la persona, su comportamiento y el significado de sus experiencias, considerándola así de manera holística. Swanson, a través de la teoría de los cuidados, propone cinco procesos básicos secuenciales: conocimiento, estar con, hacer por, posibilitar y mantener las creencias, en los que se hace evidente el cuidado de enfermería, caracterizado por la actitud filosófica, la comprensión, los mensajes verbales y no verbales, las acciones terapéuticas y las consecuencias de los cuidados (3).
Durante la formación académica de pregrado, por una parte se les enseña a los futuros profesionales a comprometerse con la vida y a mantener la calidad de esta, pero no ocurre lo mismo respecto a la muerte, puesto que durante el proceso educativo universitario a los estudiantes no se le educa para su afrontamiento, estando así, preparados técnicamente pero no psicológicamente para enfrentarse a esta (4). En consecuencia, un profesional de enfermería sin haber tenido oportunidad de reflexionar sobre la muerte tiende a alejarse de la situación como mecanismo de defensa y no la enfrenta (5), lo que finalmente resulta en una atención distante. En otras palabras, el tipo de afrontamiento que puede desarrollar el profesional de enfermería con la muerte es un pilar fundamental en la entrega de una asistencia humanizada, puesto que, un afrontamiento eficaz permite la correcta afluencia de las propias emociones que surgen en dicho momento.
Enfermería define afrontamiento como los esfuerzos que realiza una persona para anticiparse, desafiar o cambiar las condiciones, para alterar una situación que es evaluada como estresante, lo que finalmente depende de sus habilidades y recursos personales (6). Lo anterior, conforma un rasgo de adaptabilidad que da al profesional la capacidad para adecuarse, sin que ello resulte en una reducción del compromiso con su trabajo. Es así como el concepto de afrontamiento y adaptación, se tornan importantes para el quehacer enfermero, porque son fenómenos dinámicos en los que se realiza un proceso de integración entre el individuo y el entorno, que generan estrategias para afrontar una situación en específico (7).
En ese mismo contexto, es que el fenómeno de afrontamiento y adaptación se ha abordado fundamentalmente desde la perspectiva de enfermería a partir del modelo de adaptación de Callista Roy, quien lo define como el «proceso y resultado por los que, las personas que tienen la capacidad de pensar y sentir como individuos o como miembros de un grupo, son conscientes y escogen la integración del ser humano con su ambiente» (8). Esta adaptabilidad repercutirá en el cuidado ofrecido al paciente, así como en el bienestar social, laboral y espiritual del profesional enfermero, generando que el profesional y el sujeto de atención formen parte del ambiente de cada uno, estableciendo una relación de reciprocidad, donde el personal de enfermería debe ser consciente de que constituye un estímulo para el paciente, y por lo tanto puede afectar en forma positiva o negativa, instaurando así una comunicación bidireccional que promueve el crecimiento y aprendizaje mutuo (7).
Profundizar en este tema permite una mejora en la calidad de la atención, teniendo en cuenta de que las relaciones personales que ejerce enfermería con sus pacientes en la práctica de los cuidados son esenciales para la ejecución de acciones con una mirada holística e integral. El personal de enfermería permanece las 24 horas al cuidado de los sujetos de atención, brindan asistencia de naturaleza biológica, técnica, psicológica, social y espiritual (10), es a quien el paciente y su familia buscan cuando lo precisan y por ello es que el profesional no está libre de enfrentarse a los diversos sentimientos que involucran el cuidar, como sufrimiento, aflicción y temor. En consecuencia, para que los cuidados sean eficaces, el profesional que gestiona el cuidado debe tener conocimiento no solo sobre técnicas y patologías, sino también habilidades para lidiar con los sentimientos de los otros y asimismo con sus propias emociones ante el usuario y su familia.
Considerando todo lo anterior, es que se requiere de especial atención ante el fenómeno de la muerte, puesto que el acompañamiento en este evento se establece como una de las funciones de enfermería y se espera de ellos una actitud cálida, favorable y de apoyo (11). Con ello se vuelve importante explorar las estrategias de afrontamiento utilizadas por los profesionales de enfermería ante la muerte de los usuarios en la red de urgencias, puesto que las enfermeras y enfermeros que se desempeñan en esta área trabajan con una alta presión asistencial, donde el tiempo es un recurso limitado, siendo destinado principalmente a la atención clínica y la gestión, en desmedro de una atención holística y multidimensional (12). En consecuencia, se vuelve relevante conocer cuán preparado están los gestores del cuidado y cuáles son las actitudes que adoptan ante la muerte, para conseguir que la asistencia brindada al usuario sea de calidad, integral y humanizada y así mismo para resguardar la integridad emocional del propio profesional de enfermería.
Materiales y métodos
El estudio contó con la autorización del Comité de Ética Científico Zona Norte de la Universidad Santo Tomás (código 70.22) y se realizó respetando los principios éticos fundamentales: beneficencia, respeto por la dignidad humana y justicia, otorgando a los participantes desde un principio a fin, la información correspondiente, manteniendo un trato justo y resguardando la protección y confidencialidad de los datos entregados.
Se trató una investigación cualitativa fenomenológica hermenéutica con el fin de identificar y comprender el afrontamiento a la muerte que tiene el profesional enfermero. De acuerdo con Burns y Grove, el propósito es «captar la experiencia vivida», logrando un acercamiento al problema (13).
La fenomenología, como método de investigación, es especialmente útil en enfermería dado que permite la exploración y comprensión de la esencia de los fenómenos relacionados con el cuidado de las personas (14). Este estudio se centra en la teoría de adaptación de Callista Roy, puesto que este enfoque permite investigar los comportamientos individuales adoptados por el profesional de enfermería para afrontar la muerte, lo que es definido por la autora como un proceso cognitivo que permite a las personas realizar un esfuerzo para manejar, tolerar un acontecimiento o situación (15).
La población estudiada corresponde a profesionales de enfermería que brindan cuidados a usuarios en la red de urgencias (unidad de emergencias y unidad de paciente crítico) de la conurbación La Serena – Coquimbo, Chile. Esto, en atención a que se trata de unidades donde permanentemente se ven enfrentados a gran presión asistencial, con el tiempo como un recurso muy limitado, el que está destinado principalmente a la atención clínica y la gestión, en desmedro de una atención holística y multidimensional (12).
Bajo un muestreo no probabilístico por conveniencia se obtuvo una muestra final de 8 profesionales de enfermería que ejercen su labor en la red de urgencias. Su elección fue en base a la accesibilidad y factibilidad que existía hacia los participantes. Es importante destacar que el número de participantes se determinó en base a criterios de rigor, estratégicos y programáticos como lo fue la capacidad operativa de recolección y análisis, el entendimiento del fenómeno y finalmente la naturaleza del fenómeno bajo análisis (16).
Los datos fueron recolectados entre septiembre y octubre de 2022 mediante entrevistas semiestructuradas centradas en tres ejes principales, los que corresponden al significado de la muerte, experiencias con la muerte y medidas de afrontamiento ante la muerte. La aplicación de la entrevista se efectuó en una cita con cada participante, con una duración de 45 a 60 minutos aproximadamente.
Para poder realizar esta recolección de datos se aplicó una misma entrevista a cada participante, que consistió en 15 preguntas, con 4 de ellas consideradas como eje dado el objetivo de investigación propuesto: «¿Alguna muerte de paciente le ha afectado de manera más significativa que otras?¿Por qué?»; «¿Personalmente tiene alguna medida para afrontar la muerte?¿Cuáles serían esas medidas?; «¿Como servicio o grupo de trabajo cuentan con un plan de afrontamiento a la muerte?»; «¿Cree que es necesario que las universidades preparen al futuro profesional de enfermería para afrontar de mejor manera la muerte?». Al comenzar la entrevista se explicaron los objetivos del estudio y la metodología a emplear a cada uno de ellos, quienes aceptaron libremente firmar el consentimiento informado, conjuntamente al inicio de la entrevista. Además, se efectuaron preguntas sociodemográficas centradas en años de servicio en red de urgencias, familiares cercanos y estado civil. Durante la entrevista, se procuró mantener un entorno cómodo para los participantes, quienes fueron invitados a hablar con libertad, pero siempre orientándose hacia el foco de estudio, utilizando un lenguaje sencillo y comprensible. Se realizó grabación de audio, la que no duró más de 1 hora, con el fin de evitar el agotamiento de los informantes.
Tras las entrevistas, se transcribieron y organizaron los datos en Microsoft Word®, registrando elementos como entonaciones de voz, interjecciones y silencios para su posterior análisis en Atlas Ti ®, obteniendo así los patrones de respuesta. Este análisis de los datos se realizó en 3 etapas: en primera instancia, organización de bases de datos y transcripción textual, preparación de los textos; luego una segunda etapa, donde se realizó la codificación con la lectura y relectura de la transcripción de la entrevista buscando significados, para posteriormente revisar las unidades de significado encontradas, obteniéndose múltiples códigos para el texto; En la etapa final, se agruparon los datos en dominios, ideas nucleares y categorías mediante un método consensuado. A modo de retroalimentar el proceso investigativo, una vez finalizado el estudio y todos los procesos atinentes a éste, se dará a conocer la información obtenida a los participantes.
Resultados
Luego del análisis de los testimonios se evidenciaron 5 categorías de significado principales: (a) la muerte es el único suceso inherente al ser humano; (b) circunstancias que rodean el proceso de afrontamiento; (c) afrontamiento centrado en las emociones; (d) enfoque empírico en el proceso de afrontamiento y finalmente, (e) relaciones establecidas entre el afrontamiento y el proceso adaptativo.
El afrontamiento de la muerte de un paciente conlleva un proceso dinámico para el profesional de enfermería, integrando experiencias profesionales, asociados a su labor habitual de la gestión del cuidado, así como personales, que incluyen las emociones y vivencias asociadas al suceso. La red de urgencias lleva consigo un sinnúmero de eventos que los profesionales de enfermería deben enfrentar, uno de ellos es la muerte de los pacientes y es aquí donde transitan a través de las diferentes vivencias y sentimientos que implica este acontecimiento.
Es dentro de este marco donde se devela la primera categoría: la muerte es el único suceso inherente al ser humano, en la que destacan ideas nucleares que tienen que ver con la definición que ellos tienen de muerte, el significado que le otorgan y los sentimientos que le genera. En respuesta a estas tres ideas, aparece que la totalidad de los entrevistados tienen una definición biológica de lo que es la muerte:
«Para mí la muerte es el cese definitivo de las funciones vitales.»
«La muerte es un estado en el que hay ausencia total de signos vitales.»
Mientras que con el significado que le otorgan nos encontramos con el mismo patrón, destacando que la muerte es parte de ser un ser vivo:
«El significado que yo le otorgo a la muerte no es complejo, para mí forma parte del ciclo de la vida. A fin de cuentas, es lo único seguro.»
«Si tengo que darle un significado a la muerte, diría que es parte de la vida, o sea como seres vivos nacemos, crecemos y morimos. Es un suceso que nos va a llegar de alguna forma sí o sí.»
Conforme a los sentimientos que emergen destacan el dolor, tristeza, resignación y tranquilidad, todo esto sujeto a cómo se desarrolle el proceso, por ejemplo, si la muerte es injusta, evitable, dolorosa o traumática:
«Los sentimientos en ese momento van a depender, porque no es lo mismo ir a donde un paciente adulto mayor que falleció por causas naturales, que está en su casa y acompañado por su familia a enfrentarse a una situación traumática, inesperada, de un paciente joven. Entonces ahí los sentimientos son diferentes, por ejemplo, en la primera situación hay un sentimiento de paz, tranquilidad y resignación a diferencia de la segunda, en donde como profesionales debemos mantener la templanza, aunque afloren sentimientos como tristeza y sensación de injusticia.»
«Bueno como a mí parecer, la muerte es algo completamente natural el sentimiento que me genera, dependerá de cómo se dé esta muerte, ¿me explico?, si es una muerte que podría considerar injusta como la de un niño que tiene toda su vida por delante o el fallecimiento de un paciente joven envuelto en circunstancias desfavorables como un atropello por un conductor ebrio o un asalto obviamente me molestaría, causaría cierto grado de dolor o disconformidad.»
El transitar por diferentes experiencias a lo largo del ejercicio de la profesión ha llevado a las enfermeras que fueron entrevistadas a establecer una relación entre las circunstancias propias del deceso y su afrontamiento a la muerte. En otras palabras, la forma de morir es importante y dependiendo de cómo sea este suceso es el afrontamiento que adopta; paralelamente es abordado también desde los vínculos que tiene el profesional. Aquí se devela que los lazos familiares se proyectan al paciente, el tiempo de hospitalización o, si son pacientes poli consultantes influye en cómo se afronta la muerte:
«Mi experiencia más difícil de superar fue una que me tocó asistir cuando llevaba muy poco tiempo trabajando en SAMU y fue una de estas muertes que involucra varios dramas humanos, lo que la hizo más difícil. Me tocó ir a atender a una paciente joven que en ese tiempo tenía una hija de 12 años, y eran las dos solitas en el mundo, no había nadie más, y nosotros estábamos ahí y estuvimos hasta el momento en que la señora falleció. Tenía un cáncer terminal ya no había nada más que hacer, nosotros llegamos en el momento en que la señora ya estaba en el proceso de agonía, entonces el saber que la hija de ella quedaba sin nadie, que no había nadie más y que estaba apoyada en ese rato solo por unas vecinas, lo tornó todo más difícil de afrontar.»
«Las experiencias más difíciles de afrontar para mí son las muertes de pacientes jóvenes, de hecho, nunca he olvidado la primera muerte que tuve de un paciente lactante, esa sí quedó grabada, por las circunstancias en sí, un bebé que recién está empezando a vivir, unos papás y un hermanito que esperan con ansias su mejoría para volver a estar con él en casa. Recuerdo que era un bebé que tenía alrededor de 2 meses, con malformaciones congénitas, tenía una cardiopatía y llegó a urgencia porque lo habían operado y la herida tenía una leve dehiscencia con signos de infección, el niño respiraba muy rápido, lo pasamos al REA. Como equipo lo dimos todo y cuando fue llevado a la UCI tuvo que ser devuelto porque tenía una frecuencia cardiaca de sesenta entonces tuvimos que empezar a reanimarlo, finalmente falleció y cuando entró la familia a verlo, su hermanito de aproximadamente 6 años lo miro y dijo «¿Y ahora que vamos a hacer con todos sus juguetes?» Y eso fue así como ¡Ay no que pena! y es super fuerte y triste y así y todo tuvimos que afrontarla.»
«Las muertes de pacientes pediátricos me afectan significativamente, supongo que es así porque soy mamá, o sea veo siempre a mis hijos reflejados en ellos.»
«Tengo un lazo súper fuerte con mi abuela, ella fue quien me educó y prácticamente dedicó su vida a mí, entonces te juro que es inevitable para mí no sentirme más involucrado en cualquier caso que involucre a algún adulto mayor, en especial las muertes.»
«En el servicio donde me desempeño es muy común formar lazos con pacientes, porque tu turno gira en torno a ellos, ves a sus familiares, los mantienes informados. Lo que finalmente te lleva a que su muerte te afecte de alguna forma.»
«Muchos creen que en la urgencia no se forman lazos con los pacientes porque lo ven como un servicio de paso, pero existen los pacientes poli consultantes, entonces ya los conoces, sabes a qué van, los atiendes con más cercanía y cuando ya pasa harto tiempo que no van, te preocupas y cuando fallecen se resiente el servicio, a todos les afecta y finalmente los recuerdan regularmente».
«En el SAMU hay pacientes que hemos tenido que ir a ver en más de una ocasión, entonces se vuelven conocidos, cuando llaman ya sabemos a lo que nos enfrentamos, o cuando los vamos a dejar a la urgencia andamos preguntando por ellos a medida que pasa el tiempo. Por esto es que también nos pesa cuando fallecen porque de alguna manera ya estábamos acostumbrados a ir a verlos, entonces sí, genera harta tristeza.»
Con respecto al afrontamiento centrado en las emociones, es que los profesionales de enfermería van descubriendo que existen experiencias que les ayudan a afrontar la muerte, mediante la regulación emocional, que produce un evento estresante en el que no se puede hacer nada para modificar las condiciones. Es así como surge en primera instancia el utilizar la conversación con el equipo de trabajo para lograr afrontar la muerte, también el encontrar la manera de entender que se hizo todo lo posible por el paciente y finalmente generar una catarsis personal del suceso:
«Generalmente con el equipo luego de un escenario difícil lo conversamos para justamente no llevar esa carga para la casa.»
«Si una muerte te afecta, se conversa con el equipo de trabajo en el momento en que se da la instancia para hacerlo.»
«Liberar todo lo que uno siente es una buena medida, no guardarse los sentimientos y exteriorizarse oportunamente, conversar con tu equipo de trabajo ayuda a liberar carga y si es necesario llorar también.»
La cuarta categoría evidencia la existencia de un enfoque empírico en el proceso de afrontamiento a la muerte, dado que, durante esta investigación las enfermeras reconocieron una falta inicial de preparación para enfrentar esta experiencia y los actos de cuidado que demanda. La mayoría de las participantes señalaron no haber recibido formación específica sobre el tema durante su etapa de pregrado y, por ello, tuvieron que depender exclusivamente de sus experiencias personales con la muerte para desarrollar estrategias efectivas que les permitieran afrontar el fallecimiento de los pacientes, lo que queda de manifiesto en:
«No recuerdo haber tenido algún ramo en la universidad sobre la muerte, quizás sí un acercamiento en estos ramos donde te enseñan sobre las teorías de enfermería, pero más allá de eso nada y creo sin ninguna duda que si se debiese preparar al enfermero para afrontar la muerte y no solo a los enfermeros, sino que a todos los que trabajamos en el área de la salud.»
«Yo no cursé ninguna asignatura que me preparara para afrontar la muerte, o que me ayudara a crear herramientas para el momento de. Todo lo que sé y aplico al momento de una muerte lo he adquirido gracias a mis experiencias pasadas con fallecimientos de seres queridos y obvio todas las personas que trabajan en el área de la salud están expuestas a enfrentarse a la muerte y algunos la van a tolerar super bien y otros no, por lo que sí, se debiese crear un acercamiento y conocimiento al respecto.»
«No tengo recuerdos de que me hayan pasado un ramo referente a la muerte o su afrontamiento con un enfoque personal, pero si en uno de los primeros años me enseñaron sobre el duelo, pero más que ponerlo en práctica nosotros como personas era para ayudar a los usuarios con sus pérdidas. Considero que si se debiese tener un plan de estudio que toque este tema desde un enfoque personal porque si te desempeñas en el área de la salud es obvio que en algún momento te enfrentarás a la muerte y tienes que saber actuar, tener tus herramientas y así poder seguir haciendo tu trabajo. En lo personal si ahora tolero mejor la muerte de un paciente es porque ya viví la muerte de un ser querido y con esto adquirir las herramientas, pero imagínate alguien que no haya tenido esta experiencia, sumándole que su primera muerte de paciente sea en circunstancias difíciles… Le llegaría como un balde de agua fría.»
Finalmente, el profesional de enfermería al trabajar en el área de salud asume que tarde o temprano deberá relacionarse con la muerte de los pacientes, lo que conlleva un aprendizaje que permite comprender que el morir es un proceso que requiere del desarrollo de diversas herramientas para poder afrontarla efectivamente y ser capaz de adaptarse para anticipar, desafiar o cambiar las condiciones de una situación que es evaluada como estresante. Dentro de esta categoría, designada como relaciones establecidas entre el afrontamiento y el proceso adaptativo, destacan los siguientes elementos: recordar la primera experiencia que tuvieron siendo enfermeras con relación a la muerte de un paciente; las herramientas de afrontamiento con las que cuentan, definitivamente son más y mejores que las que tuvieron al inicio de su vida profesional; y, la adquisición de herramientas para afrontar la muerte es importante, por dos razones, primero porque el lugar de trabajo demanda que así lo sea y segundo para mantener la humanización de los cuidados:
«La muerte más difícil que me tocó afrontar fue la primera que tuve trabajando aquí en SAMU, fue una muerte traumática de un joven de unos veinte que tuvo un accidente de tránsito camino al Valle y en horas de la madrugada, llega mi primer clave roja y saben que cada vez que voy al Valle veo su animita y me da una cosa en la guata terrible, así como un escalofrío. Ahora si lo comparo a las situaciones de ahora, no me afectan de igual manera, pero es porque entiendo cosas que antes no y porque mi misma percepción de lo que es la muerte ha mutado con el pasar de los años ejerciendo esta profesión.»
«Bueno la primera muerte nunca se olvida la verdad, es la que quizás marca un antes y un después en la percepción que tienes como profesional. Da las bases para afrontar situaciones posteriores, porque si te quedas pegado en un suceso así créeme que tu trabajo se va a ver entorpecido y eso no puede pasar.»
«Las personas en general que trabajamos en salud vamos a estar si o si conviviendo con la muerte a cada rato, en donde tú te desempeñes, si trabajas en un servicio clínico vas a ver pacientes que fallecen y aparte de eso vas a tener que convivir con su familia, vas a tener que tener las herramientas para darles apoyo, entonces de repente cuando tú no eres capaz de enfrentarlo o no tienes las herramientas para enfrentarlo, difícilmente vas a poder apoyar a quien necesita en ese momento de tu apoyo. Entonces es importante pegar ese salto y saber que tienes que seguir haciendo tus labores como enfermero, ya habrá tiempo de procesarlo todo lo demás.»
«Uno siente, el tema no es dejar de sentir, no dejas de sentir la muerte, no se trata de que seas un indolente, se trata de que es un proceso natural, así como nacemos morimos, pero cuando pasa, ponte tú, sobre todo cuando son muertes tediosas que hay involucrados tercero cosas así medias extrañas, ahí hay que estar super atento, porque tu labor como enfermero demanda papeleo, llamadas, etc. Entonces quedarse en el sentimiento y dejar de hacer el trabajo no es opción, porque ¿Quién más lo va a hacer? Quién le va a explicar a esa familia lo que hay que hacer. No puedes dejar de hacer tu trabajo, ya sea con el paciente fallecido como con otros pacientes que también te necesitan, porque hemos tenido fallecidos ahí y otro PCR al lado, entonces no puedes, pero no significa que no llores o que no te de pena, o que no lo sientas.»
Discusión
Este estudio revela que existen cinco categorías de significado, las que fueron coincidentes con los resultados esperados según los hallazgos de la revisión de la literatura, logrando dar cuenta que el proceso de afrontamiento ante la muerte de los usuarios por parte del profesional de enfermería que ejerce su labor en la red de urgencias, está delimitado por diversos factores, desde la disciplina de la gestión del cuidado, como desde la perspectiva personal, donde las experiencias propias son capaces de influir al momento de afrontar una muerte tanto actual como futura.
La aparición de la categoría «la muerte es el único suceso inherente al ser humano» revela que para el grupo entrevistado la muerte es un fenómeno natural, que tiene componentes biológicos y que forma parte del ciclo de la vida, lo que se alinea con autores como Saunders, Byock y Kellehear, quienes sostienen que el personal de salud forja este tipo de pensamiento a través de las vivencias que llevan a tomar conciencia de creencias y de una mirada hacia vida y muerte como un fenómeno normal.
Los profesionales de enfermería, al estar continuamente expuestos a la muerte de los pacientes, se enfrentan a sus propias limitaciones personales y profesionales, y ese ese proceso el que lleva a reflexionar y construir una concepción personal sobre la muerte. Según Kübler, si desde una edad temprana se aprendiera a aceptar la muerte como un fenómeno natural en lugar de estigmatizarla, las personas desarrollarían mayor sensibilidad en la adultez, permitiendo contar con más herramientas para enfrentarla de manera concreta y natural (17).
Respecto a la categoría «circunstancias que rodean el proceso de afrontamiento» que relaciona el afrontamiento del profesional de enfermería ante la muerte con las características particulares que rodean el fallecimiento de un paciente, coincide con lo propuesto por el autor Flor Hernández Arellano quien en su investigación afirma que el significado y percepción que se le entrega a la defunción está determinado por diversos factores (18). En los resultados de esta investigación, queda en evidencia que los elementos asociados al fallecimiento de cada persona, el tipo de vínculo con el sujeto de atención, la frecuencia con la que se relacionaba el profesional con el usuario y/o su familia, influyen en cómo el profesional de enfermería vivirá y afrontará el proceso, por lo que es posible reafirmar que estos factores y características los responsables de definir la experiencia que quedará en el profesional de enfermería ante la muerte de cada paciente.
La literatura indica que las habilidades y recursos personales son determinantes en la conformación del rasgo de adaptabilidad, el que entrega a los profesionales de Enfermería la habilidad de adecuarse a distintas situaciones sin que esto genere un menor compromiso o desatención a los otros pacientes. Esto da cuenta que los conceptos de afrontamiento y adaptación están en permanente cambio y son fundamentales en el quehacer profesional, permitiendo al individuo integrar sus experiencias personales con el entorno laboral, y desarrollar estrategias efectivas para enfrentar situaciones específicas (7). En este escenario, donde la categoría «afrontamiento centrado en las emociones» permite validar estos hallazgos, los enfermeros que desempeñan su labor no siempre cuentan con tiempo suficiente para procesar adecuadamente el fallecimiento de un paciente. Independientemente de la existencia de un vínculo emocional con el sujeto de atención, los profesionales han logrado un proceso de adaptación que les permite reconocer la importancia de priorizar las necesidades de otros pacientes, dejando momentáneamente en segundo plano el manejo de sus propias emociones.
Una vez finalizado el turno, se generan instancias de reflexión que les permiten procesar de manera más profunda las experiencias complejas vividas. Entre las estrategias de afrontamiento más destacadas frente al fallecimiento de pacientes, se encuentra el compartir el duelo con compañeros de trabajo, dado que es un acto donde se facilita una catarsis emocional, lo que contribuye a disminuir las probabilidades de desarrollar un duelo no resuelto. Además, esta práctica permite una adaptación más efectiva, ya que los enfermeros logran enfrentar estas situaciones difíciles en el momento, manteniendo su desempeño profesional, y con la certeza de que podrán procesar la pérdida en un espacio futuro de conversación y apoyo mutuo entre colegas.
Es fundamental considerar que, durante la formación de pregrado en Enfermería, el estudiante de enfermería no recibe una formación suficiente para el afrontamiento de la muerte. Aunque se le capacita técnicamente, no se abordan los aspectos psicológicos necesarios para enfrentar esta situación (19). Lo anterior se alinea con los resultados y análisis de esta investigación, ya que en la categoría «empirismo en el proceso de afrontamiento» se evidencia que la formación profesional carece de herramientas y orientación específicas para ayudar al enfermero a afrontar y/o actuar frente a un proceso tan complejo como lo es la muerte y todo lo que esta conlleva. Como consecuencia, los profesionales se ven obligados a descubrir por sí mismos cómo gestionar su experiencia de afrontamiento ante el fallecimiento de un paciente, ya sea en el momento en que este ocurre o a través de la búsqueda de estrategias basadas en experiencias personales previas, como pérdidas de seres queridos. En los testimonios obtenidos se declara que, en momentos de duelo personal algunos profesionales lograron identificar su estilo de afrontamiento ante la muerte. Sin embargo, aquellos que no han experimentado de cerca un proceso de fallecimiento enfrentan mayores dificultades para desarrollar herramientas efectivas de afrontamiento. Si durante su formación académica se incluyeran contenidos adecuados para abordar este desafío, sería posible prevenir conductas evitativas que, a largo plazo, pueden derivar en duelos no resueltos, lo que en última instancia podría comprometer tanto el bienestar emocional del profesional como sus capacidades laborales.
Se reveló que los profesionales de enfermería se adaptan para lograr un mejor afrontamiento de la muerte de sus pacientes, generando mecanismos eficaces para resolver la tensión que genera la defunción y así lograr obtener un estado de equilibrio que facilite las labores, ya que en caso de no hacerlo se puede llegar a desarrollar algún grado de agotamiento emocional que perjudique directamente el quehacer profesional y el cuidado de sus pacientes. Lo anteriormente mencionado hace referencia a lo que la literatura llama un afrontamiento adquirido, que es el que se desarrolla a través de las estrategias como el aprendizaje, en el que las experiencias de la vida contribuyen a responder particularmente a los estímulos del entorno (8).
Con todos los elementos ya expuestos, es posible declarar que los componentes afrontamiento y adaptación de esta investigación se enmarcan en el proceso adaptativo propuesto en la teoría de Callista Roy, quien define el afrontamiento como un proceso cognitivo que permite a las personas realizar un esfuerzo para manejar y tolerar un acontecimiento o situación (7). En concordancia con ello, Gutiérrez et al. indican que este proceso es (a) dinámico porque depende de la interacción entre el individuo y el entorno, el cual está mediado por factores personales, sociales y ambientales y (b) multidimensional porque cada persona utiliza diferentes estrategias para afrontar variadas situaciones (8).
Limitaciones
Los autores reconocen como una limitante de esta investigación que los participantes desempeñan sus labores en diferentes áreas de la red de urgencias (atención prehospitalaria, unidad de emergencia y unidad de paciente crítico), lo que puede generar diferencia en los ambientes de trabajo y en la relación que generan con los usuarios. No obstante, el rigor metodológico permite asegurar que no hubo diferencias de relevancia en los relatos de los participantes.
Proyecciones
Los hallazgos de este estudio podrán proporcionar una base para desarrollar una guía sobre las estrategias de afrontamiento dentro de los equipos de salud y a su vez justificar los ajustes curriculares que las escuelas de Enfermería pueden aplicar para abordar esta problemática dentro de la formación de pregrado.
Conclusión
El presente estudio permitió explorar las estrategias de afrontamiento utilizadas por los profesionales de enfermería ante la muerte de los usuarios en la red de urgencias, la que es abordada desde un ámbito biológico como parte del ciclo vital de cada ser viviente, pero que, aun así, dependiendo de sus características genera los sentimientos que involucran el duelo. También queda en manifiesto que la primera muerte que se experimenta desempeñando cuidados como enfermero marca un antes y un después en la percepción de esta y que, en conjunto con las pérdidas personales vivenciadas son las que marcan las bases para crear las herramientas que ayudarán a sobrellevar duelos tanto actuales como futuros, generando un rasgo adaptativo de afrontamiento adquirido. El profesional enfermero forma lazos cercanos con el paciente, los que finalmente repercuten en el afrontamiento a la muerte de éste, así mismo ocurre con los vínculos personales del profesional, puesto que ven reflejados a sus propios seres queridos en los pacientes al momento de brindar los cuidados. Por último, se destaca un afrontamiento a la muerte centrado en las emociones, como lo es el desahogo y la liberación cognitiva, todo esto dentro de lo que es la conversación y apoyo con el equipo de trabajo, dejando fuera de su vida personal dichos hechos, con el fin de no generar situaciones estresantes que puedan perjudicar el curso habitual de esta con sus familias.
Bibliografía
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